Elena Bohomol es enfermera, profesora e investigadora de la Escola Paulista de Enfermagem de la Universidad Federal de Sao Paulo, Brasil. Su investigación sobre las primeras víctimas derivó en lo que actualmente está trabajando: segundas y terceras víctimas. Esta es una iniciativa que emergió con fuerza a principios de siglo en EEUU y que trata de reducir el impacto que los eventos adversos tienen en los pacientes y también en los profesionales sanitarios e instituciones. Su labor en esta materia la llevó a toparse con el Proyecto de investigación nacional sobre segundas víctimas, financiado por el Fondo de Investigación en Salud del Instituto de Salud Carlos III y Fondos FEDER (referencias PI13/0473 y PI13/01220).
En 2018 todo quedó a punto para que este año, Elena Bohomol, conociera más de cerca todas las ideas en las que ahora se está trabajando en el Proyecto liderado por José Joaquín Mira.
Actualmente, la experta brasileña compagina su actividad de docente con un puesto de investigadora en la línea de Gestión y Educación, específicamente en el área de Calidad y Seguridad del paciente en el post grado de la Escuela Paulista de Enfermería. Tras un primer contacto, se mostró gratamente sorprendida con todos los avances que se están llevando a cabo en Elche en temas de segundas y terceras víctimas. Antes de comenzar la entrevista, aseguró que “su intención es seguir manteniendo un vínculo con este proyecto y exportar varios de sus parámetros a Brasil”.
La seguridad del paciente siempre ha estado ligada a mi trabajo de gerente en servicios de salud. Como responsable en un hospital, buscamos trabajar de la mejor manera posible y enfrentarnos a los problemas que surjan en relación con la atención al paciente.
Actualmente trabajo en la escuela paulista de enfermería de la Universidad Federal de Sao Paulo. La investigación de la seguridad del paciente y el tema de la segunda víctima se convirtió en un foco de estudios para nosotros. Fue en nuestra búsqueda de información cuando descubrimos a este grupo en España.
Por suerte las cosas están cambiando. En 2013, el Ministerio de Salud de Brasil lanzó el Programa Nacional de Seguridad del Paciente, y esto supuso un nuevo foco de atención para las instituciones sanitarias, incluyendo la atención primaria. La sensibilidad sobre esta temática se está volviendo más tangible y ya se enseña en diversas esferas de índole sanitaria. Ahora que vemos que los hospitales brasileños comienzan a tratar la seguridad de los pacientes de una manera más organizada, además de mejorar los procesos de trabajo en las instituciones, estamos inmersos en nuevos estudios sobre las segundas y terceras víctimas. Gracias a las herramientas de calidad que estamos aplicando, estas personas pueden mejorar paulatinamente. A pesar de todo, sigue siendo un desafío importante para nosotros.
Creo que tenemos que estudiar más a fondo para seguir mejorándola, así como variar la metodología que se está aplicando. También es importante valorar la opinión de pacientes y profesionales, y formar mejor a estos últimos. Este frente abierto debe ser integrado en todo Brasil. Hay otra iniciativa que proyecta la seguridad de los pacientes, fue la creación de la Red Brasileña de Enfermería en Seguridad del Paciente –REBRAENSP– que es una iniciativa voluntaria para desarrollar el tema dentro de nuestras instituciones de asistencia y de formación, para revelar problemas de seguridad y compartir acciones de mejora. A pesar de estas medidas, seguimos necesitando un refuerzo.
Contamos con el Hospital Universitario Sao Paulo que posee un núcleo de seguridad del paciente. Este núcleo cuenta con programas específicos de diversos objetivos comunes internacionales. Siempre llevamos las metodologías de mejora hospitalaria a los estudiantes, de forma que se integran entre profesionales y pacientes desde su formación. De esta forma, la información que se aporta sobre seguridad sirve para mejorar los procesos de trabajo de los hospitales.
En el último año del curso de enfermería es cuando se enseña a los estudiantes a aplicar la metodología PDCA (en inglés, Plan-Do-Check-Act), luego deben diagnosticar un problema, hacer que el plan se aplique y hacer un seguimiento detallado. Así el estudiante tiene una buena crítica sobre el sistema en el que tiene que interactuar. Después, se habla con el equipo para poder presentar los resultados posteriormente. Esta metodología nos ha proporcionado muchas intervenciones en congresos, incluyendo premios vinculados a los estudiantes de pregrado.
Como investigadora graduada en Enfermería, tengo algunos proyectos personales, uno de ellos es un proceso de mejora continua en los hospitales. Aquí tenemos proyectos individuales en los que los estudiantes aplican herramientas de calidad como Lean Sigma, BowTie que sirven para verificar los resultados de sus intervenciones. Se trata de mejorar los procesos dentro de las instituciones, es un proyecto sobre segundas y terceras víctimas que comienza a tener repercusión en diversos ámbitos; estamos comenzando a desarrollar la investigación.
Los EEUU son una inspiración, y como institución también trabajan junto con la OMS y plantean importantes desafíos a todos los países que trabajamos en grupo. El reto versa sobre que podamos hacer campañas globales para sensibilizar a las personas y así crear concienciar sobre estas instituciones. Aún queda mucho por hacer.
Creo que necesitamos involucrar al paciente y a la familia para que participen más activamente en el cuidado y las decisiones de la seguridad real de la deben ser protagonistas. Nosotros, como profesionales, debemos enseñarle al paciente cómo puede participar y educarlo en sus derechos y deberes.
Me gustó mucho conocer el trabajo que está haciendo este grupo, creo que son mi inspiración. Voy a tomarme esta experiencia como un primer contacto, con el deseo de poder continuar esta coordinación de la mano del maestro José Joaquín Mira. Pienso que su iniciativa abarca no sólo el contexto de la Universidad Miguel Hernández, sino que va más allá. Están en el camino correcto.